¡SOY MUY VAGO!
En este artículo hablamos de una creencia de identidad limitante.
Aunque el vídeo y el texto está orientado a profesionales del coaching, las preguntas que se exponen pueden ser tratadas por cualquier persona que esté interesada en el crecimiento personal.
– Trascripción del video –
Imagina que estás en sesión con tu cliente, trabajando el tema que sea, y te dice: “SOY MUY VAGO”
Esto me ha pasado esta semana con cuatro personas.
En este video te voy a enseñar a como re-encuadrar un valor que la persona necesita tener como atrayente o como repelente, para convertirlo en un objetivo SMART, algo que podemos trabajar y medir, como progresamos con él en el tiempo.
Ahora voy a ponerte el ejemplo de cómo lo trabajé en las cuatro ocasiones, porque el mismo re-encuadre sirvió para estas cuatro personas, y después voy a enseñarte como es la forma de pensar en ello, de sentirlo, de afrontarlo, para que si te encuentras tú un caso similar, para que sepas cómo diseñar las propias preguntas que va a necesitar esa persona.
En el primer caso, este hombre, con unos objetivos de cambio personal, de crecimiento personal porque, no es alguien que está en el mundo del coaching, él parte de cero en el mundo de crecimiento personal, me dijo directamente “SOY MUY VAGO”, claro cuando te dice esto, ya sabes que eso va a boicotearle en sus objetivos, porque al final, hacer un cambio en mi personalidad, en mi forma de ser, hacer un cambio de vida, significa que cada día tengo que entrenar una parte de mí, que no estaba utilizando, es esa parte que toma unas decisiones diferentes que sí le llevan a su objetivo, porque al final la vida de tus sueños está detrás de las decisiones que todavía no has tomado.
Entonces, me dijo: “SOY MUY VAGO”, yo lo apunté para no olvidarlo y seguí hablando con él del tema que estábamos hablado para no interrumpirle en su exposición.
Luego le pregunté:
- Oye, ¿me has dicho, soy muy vago? – Si
- ¿Esto es siempre? – No
(En este punto habría sido fácil rebatirlo porque tuvo que estudiar una carrera, tuvo un trabajo y tiene un niño de 10 meses y pasa mucho tiempo cuidándolo, entonces NO ES VAGO, eso habría sido muy sencillo rebatirlo), continuamos:
- Entonces ¿Hay una parte de ti que A VECES es PEREZOSA? *– Si
*(Esto ya es IMPORTANTE porque ser Vago o no serlo, es como ser moreno o ser rubio, eres una cosa o eres otra, pero sin embargo la pereza ya es algo que reconocemos como un valor, como algo que experimentamos en unos momentos sí y en otros no, entonces me interesó cambiar la palabra “vago” por la palabra “pereza”, hay una parte de mí que es perezosa, una parte de mí no yo.)
- ¿La pereza es mala Siempre? – No
(la respuesta fue directamente que no, habría podido ponerle ejemplos, de hecho me los puso él, momentos en los que la pereza es buena, porque te lleva a descansar; por ejemplo un domingo, él es asturiano, un domingo que llueve mucho, que no tienes nada que hacer, poder estar con tu mujer debajo de una manta, cogiditos de la mano, viendo una película, con palomitas, en esos momentos la pereza es sana, y es muy agradable.)
Imagínate que en esos momentos tienes unas ganas irrefrenables de salir a correr, hacer ejercicio, pues te pierdes esa parte de conexión, con tu pareja, esa parte de disfrutar de cosas para las cuales necesitas parar.
Luego esto hemos vuelto a re-definirlo, es decir: Dado que la pereza no siempre es mala, lo que tú estás queriendo decir:
- ¿Es que en ocasiones no me gusta cómo gestiono la pereza? – Sí
(En este punto, lo llevamos a lo corporal)
- ¿Cuál es la diferencia en forma de sensaciones, si te dices a ti mismo – SOY VAGO – o si te dices – EN OCASIONES NO ME GUSTA COMO GESTIONO LA PEREZA -?
Esto es IMPORTANTE porque la persona se va dando cuenta, en forma de sensaciones, que el – soy vago – me desapodera, y decir – en ocasiones no me gusta como gestiono la pereza – me está empoderando, porque significa que “puedo hacer algo”, de hecho, el cliente me dijo: hay una parte de esa frase que me jode, porque significa que tengo las riendas; claro ahí es dónde estás entrando en modo guerrero (dueño de la situación), estás entrando en modo oportunidad.
El motivo por el que le pregunte si la pereza es mala siempre, es porque, al reconocer que hay momentos en lo que es adecuada, y momentos en lo que no, ya tiene un efecto secundario liberador, porque ya no se trata de que yo tengo una faceta mala y fea, no se trata de eso, se trata de que tengo una faceta que tengo que aprender cómo gestionar mejor, y estoy en el mundo de crecimiento personal.
A partir de ahí, es cuando podemos ponernos un objetivo SMART (Especifico, Medible, Alcanzable, Realista y Temporal).
Preguntarle: ¿Cuál es el primer síntoma de esa pereza que no te gusta cómo gestionas?, una vez que lo reconozca, ya es poner pautas.
- ¿Anteriormente ante ella qué estabas haciendo?
- La próxima vez que sientas esa pereza que quieres gestionar mejor, ¿qué es lo que vas a hacer?, ¿qué decisión vas a tomar?
(ahí, a partir de esa respuesta, ya tienes un objetivo muy bonito que trabajar para impedir que esa faceta de su vida que no estaba gestionando como él quiere, como a él realmente le gusta, no se interponga con su desarrollo personal, con el logro de sus objetivos.)

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Ahora voy a explicarte cómo se desarrolla un re-encuadre. Realmente es muy fácil, y es muy fácil llegar a poder inventarte las preguntas que necesitas plantar a la persona con esto que voy a explicarte.
Recuerda que lo que hacemos como coach, es llevar a la persona de la circunstancia A, que está viviendo, a la circunstancia B, que es la que desea vivir. Por lo tanto, esto significa que durante todas las conversaciones con él, va a ver un baile entre dos personalidades, la personalidad A, que es la que está creando este problema, es la que tiene más entrenada, una personalidad que piensa A, siente A, reacciona A, y tú tienes que conseguir hablar la mayor parte del tiempo posible con una personalidad B, que es la que logra ese objetivo, la que ya lo ha logrado en un futuro, que esa es una personalidad que piensa B, siente B y reacciona B, son dos personalidades completamente diferentes.
Tienes que aprender simplemente, a identificar cuándo está obrando y pensando desde su personalidad A, la que le mantiene donde está, y la personalidad B, esa personalidad que soy cuando he logrado ese objetivo, este resultado que quiero en mi vida.
En este caso fue muy sencillo, porque el hombre en el que él se quiere convertir, esa personalidad B, es una personalidad capaz de identificar, cuando la pereza es buena y me gusta, y cuando la pereza es un obstáculo a superar, y en ese caso esa personalidad B, ya tiene una forma de ser, de sentir, vamos a ello, con esta metáfora corporal quiero que comprendas que si tú te imaginas en su lugar, y te imaginas reaccionando de esta forma, ya tienes un tipo de pensamientos, “ehh este no es buen momento para ser perezoso” … entonces preguntarte ¿cómo quiero ser ahora? ¿cómo quiero ser para mi hijo? ¿cómo quiero ser para mi esposa?, eso ya te sirve de palanca, y sobre todo ¿cómo quiero ser para mí? ¿cómo es el rey que quiero ser?, cómo reacciona en este momento en el que siente pereza, cuándo lo que quiere realmente hacer, es salir, aunque llueva y ponerse a hacer ejercicio, y en ese momento, ya es cuando te surgen las preguntas que quieres formularles como esas que te propuse yo anteriormente.
- ¿Eres vago siempre?
- ¿Entonces hay una parte de ti que es perezosa?
- ¿La pereza es mala siempre?
- Entonces ¿hay veces en las que no me gusta como estoy gestionando la pereza?
Estas son preguntas que llevan a la persona a que responda desde esa personalidad B, si respondiese desde A, ese es el momento de romper el patrón, de hacerle cambiar de triada, de hacerle entrar en otra actitud para que pueda responder desde la personalidad B.
Con este artículo lo que quiero transmitirte es que continuamente hay un dialogo entre la personalidad A, que crea la circunstancia que estoy viviendo, y la personalidad B, que es la que crea la vida que quiero vivir, y ser como quiero ser, entonces me quedo contento.
En tu vida privada:
Observa cuándo estás siendo A y cuándo B.